El grano de mostaza
No hay semilla más pequeña que la del árbol de la mostaza y sin embargo, después de germinar, crecer y crecer, se convierte en un árbol gigantesco.
Todavía, ¡todavía! se atreven a decir que el ser humano ha evolucionado. És inmoral creer eso; este mundo da verdadero asco. Hay que estar loco, o ser un ignorante (lo mismo que un "feliz") para no darse cuenta de la porquería que rezuma por todos lados. El ser humano... ése. Qué pequeño es su mundo, sus ambiciones dulzonas, su paraíso el dinero; su infierno, la conciencia.
No insistas, déjame, ni siquiera puedo abrir los ojos. No me pegues más, déjame, o mátame. No, eso no, claro: ya estoy muerto. Sólo puedo decir que era un cuento, algo parecido a un cuento... pero no puedo recordar sus detalles, la trama. ¿La premisa? Quizá sí, venía a decir que lo pequeño puede contener en sí mismo algo grande y majestuoso y también terrible, terrible de verdad.
Pero, grande o pequeño, lo que queda de las cosas tas la muerte es un tembloroso y sencillo espejismo de vapor, la vida. Los remolinos de aire que elevan la mariposa entre las flores, forjan un huracán al otro lado del mundo. Y lo único común a todas las criaturas es la muerte, la muerte. Cuesta mucho aceptarla, pero también las mariposas, vestidas de glorioso sol, se lanzan con sus cuerpos en ele al pico de una golondrina. Y son más bellas que él, y que yo y que tu también.
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